¿No estará muy
lejos? Esa es la pregunta que todo el mundo me hacía cuando me decidí a irme a
16000km de casa. Coger un avión, 26h, 2 escalas y aparecer dos días más tarde
en la otra punta del mundo fue lo mejor que me pudo pasar. Esa oportunidad de
conocer un país como es Australia en unos meses no la podía dejar escapar.
Los primeros días todo era nuevo, la comida, el clima,
llegar en Febrero y estar en pleno verano tumbada en la playa, la gente de todo
el mundo que estábamos en con ganas de aprender y conocer todo sobre Sydney.
Paseos por las playas paradisiacas, rutas por montañas increíbles, descubrir
esos animalitos adorables que solo están allí y obviamente La Opera ¿qué más
podíamos pedir para empezar? Un país totalmente distinto a lo que podemos estar
acostumbrados, un idioma nuevo y una ciudad por descubrir es todo lo que pedía
para un AMICUS irrepetible.
Poco a poco el campus de la universidad se convirtió en mi
nueva casa, con una nueva familia con la que compartí viajes a sitios que no me
hubiese imaginado. Coger una caravana y conducir por toda la costa Este durante
15 días, aunque conduzcan por la derecha, Melbourne, La barrera de Coral, Bali,
Tailandia y Camboya con una mochila… Dejamos de ser unos extraños en la ciudad
para ser parte de ella y que ella formase parte de nosotros.
Ahora de vuelta a la realidad te das cuenta de la
suerte que has tenido de que te hayan dado esa oportunidad, de poder mejorar en
un idioma, conocer a gente de todas las partes del mundo y enamorarte de una
ciudad como Sydney. Ahora si me vuelves
a preguntar, ¿no estará muy lejos? No, lo volvería a hacer sin pensarlo. Marta Liébana . Sidney
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