viernes, 17 de julio de 2015

Vuelta a Dourados (Brasil)






Juliano Gatti


“Me dejes ir, necesito andar, voy por ahí procurando reír para no llorar.
Si alguien por mi te pregunta, di que solo volveré cuando me pueda encontrar.”
Candeia
En el 23 de enero, un amigo me dijo: aprovecha cada minuto de tu tiempo en león, porque va ser una experiencia increíble.
Hoy, 17 de julio, me pregunto: ¿qué sería una experiencia increíble?
¿Sería estudiar seis meses en un país hispano-hablante y tener un idioma más en nuestro currículo?
¿Sería venir a otro sitio y hacer una asignatura muy peculiar que no nos ofrece nuestra universidad?
¿Sería visitar distintos sitios históricos, que antes sólo habíamos visto en libros y películas?
Para mí, una experiencia increíble es más que eso.
Es estar sentado en una mesa de un bar con personas de tres o cuatro continentes del mundo;
Es descubrir que la realidad de un país es mucho más de lo que tu sabias ;
Es aprender con tus propios errores, pues estas a miles de kilómetros de tu zona de confort;
Es pedir ayuda en la calle porque estás perdido y la persona te sonría cuando dices que eres de Brasil;
Es salir de fiestas: con nieve, lluvia, borracho, sobrio, con tus amigos, con desconocidos, en los martes, jueves, viernes y sábados;
Es llegar al barrio de fiestas y ser recibido con muchos abrazos y besos;
Es saber que los martes (si, los martes) eran los días que tendrían las mejores historias de la semana;
Es reunirse con personas que nunca habías visto antes;
Es, sobre todo, mirar esas personas hoy y pensar quien eran ellas en enero y quienes son hoy;
Es saber que si voy León/Guanajuato, Sidney, 10 distintas ciudades de Italia o otras 30 del mundo, tengo un amigo con los brazos y puertas abiertas para recibirme;
Es salir cantando en coro "Yo soy de León " como si hubiéramos nacido en esta ciudad;
Es comer patatas con carne o el pincho de tortilla mayor del mundo después de una noche de fiestas;
Es cenar con tus amigos y sentirse como si estuvieras con tu familia.
Intento, todavía, contestar que sería una experiencia increíble. Pero no puedo, pues eso es demasiado personal. Lo que puedo es decir que de una cosa estoy seguro: ningún libro, ninguna escuela de idiomas, ninguna universidad o ningún profeta nos enseñarían lo que nuestra vida aquí nos ha enseñado.
Lo que vivimos aquí no fueron sólo seis meses de nuestra vida, tampoco, para mí, una vida en seis meses. Lo que hemos vivido aquí fue una película, que todavía no puedo creer que ha llegado al fin. 
Aunque yo demasiado triste me esté marchando de León, me quedó más tranquilo al saber que, aquí, chicos desconocidos se han convertido en mis hermanos, chicas desconocidas, hermanas y, por muchas veces, madres.
Y eso, diferente de las películas o de la vida, no se acabará.
Yo quiero volver a verlos y mirar en vosotros el mismo brillo que miraba en las calles del húmedo, en los pisos y momentos juntos.
Gracias, familia Erasmus! Ninguna metrópoli del mundo me regalaría lo que León me ha regalado. Ninguna tapa sería tan bien compartida si no fuera con vuestras presencias. Ningún momento sería tan único si no fuera con vosotros.
Podría hablar aquí cinco años (y quien me conoce sabe que de verdad podría hacerlo), pero acabó con una frase que un gran hermano dijo: Todo eso es amor
Erasmus León 2015 Emoticono heart

No hay comentarios:

Publicar un comentario